Siete trucos para ahorrar combustible sin renunciar al aire acondicionado en el coche

La utilización de este aparato puede hacer que nuestro viaje por carretera sea más placentero, pero incrementa el gasto de gasolina o diésel

Un gran número de personas se lanza a las carreteras para llegar a sus destinos vacacionales. El verano es una época de viajes y altas temperaturas. Una combinación que puede ser demoledora. Y es que, viajar en el coche con calor puede provocar en los ocupantes una sensación asfixiante que acabe con el placer de circular por carretera.

Cuando se viaja por autovías o autopistas, donde la velocidad es más elevada, abrir las ventanillas para disfrutar del aire puede resultar muy molesto por el ruido que se genera. Además, cuando el calor es muy intenso no es recomendable dejar que entre el aire cálido del exterior, que puede hacer que aumente la temperatura. En estos casos, muchos optan por hacer uso de ese gran aliado en los momentos sofocantes: el aire acondicionado.

Sin embargo, la utilización de aire acondicionado incrementa el gasto de combustible de un vehículo entre un 5 y un 20%, o lo que es lo mismo, unas dos décimas de litro a los 100 kilómetros. Este gasto, agravado por el precio tanto del diésel como de la gasolina, contribuye a que muchos conductores decidan renunciar al aire acondicionado. No obstante, existen algunos trucos que se pueden poner en práctica para no tener que renunciar a este aparato.

Bajar la temperatura antes de arrancar

Antes de subirnos al vehículo es aconsejable emplear unos pocos minutos en reducir la temperatura del interio r. Para conseguirlo, podemos optar por abrir las puertas del coche y comenzar a abrirlas y cerrarlas varias veces. Así, lograremos disminuir varios grados la temperatura.

Una revisión antes del verano

Si no utilizamos normalmente el aire acondicionado, merece la pena revisar su funcionamiento antes de que lleguen los meses más calurosos del año. Y es que, si no utilizamos habitualmente este aparato, puede dejar de funcionar y que no lo percibamos justo hasta el momento en el que lo echemos en falta.

¿Las ventanillas abiertas o cerradas?

Sin duda, nos encontramos ante un gran dilema que muchos conductores y acompañantes se han planteado alguna vez. Pero, como muchas otras grandes cuestiones, en este caso también tenemos que aferrarnos a la palabra depende. Y es que, la velocidad juega un papel fundamental para entender esta cuestión.

Llevar las ventanillas abiertas puede ser positivo en tramos urbanos o en los que se circula a baja velocidad. No más de 80 kilómetros por hora.  El aire que entra en el coche a esa velocidad no repercute notablemente en el consumo y además sirve para renovar el aire caliente del interior. Sin embargo, si conducimos a más de esta velocidad, llevar las ventanas abiertas afecta negativamente a la aerodinámica del vehículo y hace que éste consuma más combustible.

Las ventanillas abiertas y el aire acondicionado activado

También podemos optar por las dos opciones al mismo tiempo. Si abrimos levemente las ventanillas en los primeros minutos de viaje, dejando una apertura de dos a cuatro centímetros, haremos que el aire más caliente, que se encuentra en la parte superior del habitáculo debido a su menor peso, salga del interior del vehículo. Si además tenemos el aire acondicionado en marcha, disfrutaremos de la refrescante brisa.

El aire acondicionado, con el coche en marcha

Si utilizamos el aire acondicionado con el vehículo estacionado nos daremos cuenta de que el aparato no enfría todo lo que nos gustaría. Esto se debe a que, estos aparatos funcionan a mayor rendimiento cuando el motor del vehículo está siendo exigido.

Aprovechar las bondades del climatizador

Son muchas las ocasiones en las que no se aprovechan todas las bondades del climatizador. Una de estas opciones que no se explota tanto como se debería, es alternar el aire acondicionado con el aire que entra del exterior y el reciclado del mismo. Es aconsejable utilizar esta función una vez que ya hemos logrado una temperatura agradable en el habitáculo.

La temperatura ideal

Es importante conocer la temperatura adecuada en la cual los pasajeros viajarán cómodos y además no se realizará un uso abusivo del consumo de gasolina o diésel. El aire en el interior del automóvil debe ser de 21 a 23 grados. Bajar de los 21 grados puede suponer un mayor consumo y un mayor deterioro del aparato. Además, si en el exterior la temperatura es elevada, exponerse a cambios bruscos de temperatura puede facilitar que el conductor y sus acompañantes puedan enfermar.